martes, 14 de febrero de 2012

La incontinencia verbal

 

Todos tenemos alguna enfermedad, dolencia o molestia, por leve que sea. Yo tengo migrañas, mi marido dolores de espalda… y hay gente que sufre de incontinencia verbal. Lo malo es que yo no voy golpeando la cabeza de la gente para que sufran dolores de cabeza pero hay personas que van molestando con sus trastornos. Es el caso de la gente que sufre incontinencia verbal.

 

 palabras1

 

Yo siempre he vivido en Madrid. Menos un año… que estuve viviendo en un pueblo. Allí todo fue: ¿Y tú de quién eres? Uhhh, pues no conozco a tus padres. ¿Y de dónde son? ¿Pero de dónde era su familia? ¿Y en qué trabajan? ¿Cuánto ganan? Y así hasta que todo el pueblo entero se quedó satisfecho al conocer mi historia.

Por eso siempre pensé que los cansinos históricos sólo estaban en los pueblos. Pero después de ese traumático año en aquel pueblo, podía identificarlos en cualquier parte. Incluso en mi propia familia. Entonces me di cuenta de que cansinos históricos los hay a patadas. En todas partes de España.

 

la-hora-de-jose-mota-la-vieja-l-visillo-ante-la-escasez-de-rumores

 

Una mañana, llevando unos meses en Alemania, me fui a desayunar con mi vecina, su hijo pequeño y mi marido. El niño era muy tímido pero en seguida vio que yo soy muy juguetona y jugábamos al Cucú (que debe ser internacional), al pilla-pilla, a las cosquillas… Ese día nos estábamos conteniendo porque teníamos mucha hambre.

Nos sentamos en una mesa y dejé mi bolso a mi derecha. La mujer de al lado (una señora mayor) me dijo algo en alemán. Y me acerqué el bolso un poco más y la sonreí. Pero seguía hablando. Así que me giré para tocar el bolso y volver a sonreírla. Y siguió hablando.

Nunca me había hablando tanto tiempo seguido en alemán un desconocido, así, sin venir a cuento. Y le dije a mi marido: ¡madre mía! Esta mujer parece española. Tiene una incontinencia verbal…

Al cabo de un rato, el marido de la señora nos dijo en español (aunque con mucho acento alemán): ¿Sois españoles? Y mi marido y yo dijimos: ¡¡sí!! Y él comentó: si ya se lo estaba diciendo yo a mi mujer, pero no me creía… Y así empezó el interrogatorio.

No fue una conversación porque por cada pregunta que la mujer hacía, no ofrecía la misma cantidad de información.

 

1319836484092

 

Mi vecina se estaba poniendo mala de indignación porque aquella mujer no nos dejaba en paz. Entre nosotras hablábamos en inglés (se puso a estudiarlo después de nuestra encuentro en el jardín), porque en principio aquella mujer tan insaciable de la vida ajena, no hablaba inglés…

Su marido, que era alemán de pura cepa, también empezó a ponerse incómodo pero ella no podía parar… Su incontinencia verbal fue a-go-ta-do-ra.

Una vez que nos hizo la ficha técnica a mi marido y a mí, lo intentó con mi vecina. Intercambiaron unas cuantas frases en alemán pero la mujer parecía satisfacer más su incontinencia en su lengua materna.

Acabó preguntando si el niño era nuestro y cuando le dijimos que no, que no teníamos hijos, preguntó el por qué.

 

1244105076392_f

 

Es en esos casos cuando a uno le da ganas de gritar (al menos a mí): ¿¿pero no tiene usted suficiente ya, con todo lo que le hemos contado?? ¡Vale, ya, hombre!

Al final el marido se la acabó llevando a rastras y nos despedimos con la promesa de que volveríamos a encontrarnos….

Pero no volvió a pasar.

 

Moraleja número uno: los cansinos históricos no conocen fronteras, ni geográficas ni personales.

Morales número dos: los cansinos históricos pueden ser bilingües. Cuidado cuando viajéis o aún peor: cuando viváis en el extranjero y estéis en algún sitio muy turístico. Puede que si te los cruzas en el portal de tu casa o en el ascensor, no te haga mucho caso. Pero cuando se sienten fuera de su entorno, toman al compatriota como de su pertenencia y no te sueltan…

 

Mi vecina me llegó a preguntar: ¿¿esto es normal en España??

 

vieja-visillo-6001

No hay comentarios:

Publicar un comentario